Las fronteras políticas que definen la silueta de los parques y reservas naturales sirven para proteger alguna de las especies de flora y fauna y animales que se encuentran actualmente en vía de extinción. Pero desafortunadamente no pueden restringir las migraciones naturales de la fauna salvaje. Los corredores de migración, rutas que siguen algunos animales anualmente entre sus hábitats de verano e invierno y en épocas de cría, les llevan a menudo más allá de las áreas protegidas. Como resultado, la fauna que se aventura más allá de un determinado santuario puede llegar a colisionar con otros animales o con humanos en áreas no protegidas, esto causa que a pesar de todos los esfuerzos que hacen los ambientalistas para cuidar el entorno no sean suficientes y si a esto le añadimos la tala, la minería y la explotación de yacimientos petrolíferos y de gas natural cerca de algunos parques y reservas naturales, todo esto interceptan los corredores naturales de migración y destruyen los hábitats naturales más allá de las áreas protegidas.
Por eso es muy importante crear más leyes de seguridad a favor de las especies que no se encuentran protegidas actualmente y incentivar la educación ambiental a las personas del común para que sepan lo importante que es cuidar e medio ambiente y su entorno. Si no nos concientisamos a tiempo y hacemos algo para preservar el planeta tierra, que es nuestro hogar y el refugio de las actuales y futuras generaciones en unos 50 años solamente quedara el recuerdo y la frase de por que no hicimos algo a tiempo.
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